Recuerdos perdidos envueltos en muerte. Nada volverá a ser igual tras el instante que vino después del disparo. Ni las lágrimas saben igual, han perdido vitalidad. El cuerpo cubierto de sangre, su rostro irreconocible perdura en su mente, haciendo olvidar el resto de imágenes más cercanas y reales. El tiempo se detuvo en ese impacto, entre la máquina y el hombre. Y, sin embargo, mantiene viva la pregunta del por qué ha sucedido, perviviendo la posibilidad de haber hecho algo más para impedirlo. Pero, finalmente, los recuerdos se tiñen de rojo y las lágrimas pierden su sal, mientrás ella golpea una y otra vez su cuerpo inerte. Sólo un "deja vú" podría devolverle a la vida, pero eso sabe que es tan poco probable como la eternidad.
(Este texto surge de la canción "Deja Vú" de Inna. También os dejo el video)
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