martes, 22 de noviembre de 2011

"Amor"

No recuerdo nada antes del incidente. Nada. Ni siquiera como he llegado hasta este apsético lugar.
Me encuentro tendido en el interior de una urna de cristal. Mirando al techo. No sé dónde estoy. El lugar me resulta familiar, pero no consigo recordar el porqué. Tampoco me puedo mover, para ampliar mi campo de visión. Mi cuerpo está rígido, duro. ¿Será por culpa del incidente que no puedo recordar? Visto corbata, el traje de mi boda y unos zapatos oscuros. Lo intuyo, no lo veo, pero algo me dice que ésa es la ropa que llevo. ¿Será verdad? Mi cuerpo extendido, cabe justo en un forro acolchado, blando y estrecho como si estuviera hecho a mi medida. La base del cristal de la urna que me rodea es de madera de cedro. Hay una banda lila que cae de la superficie de la caja de cristal y se desliza por uno de sus lados. La cinta se encuentra atada a una corona de flores. Lleva letras que no puedo leer. No entiendo nada. Me rodean paredes blancas, frías y alguna que otra figura que entra y sale por una puerta de la cual se intuyen murmullos. ¿Dónde me encuentro? ¿Qué me ha podido pasar? Una de esas figuras me mira lejana, ausente, como si estuviera despidiéndose de mí por última vez. Cómo si nos conociéramos. No consigo recordar de qué. Se acaricia los ojos con sus dedos y empieza a agitar sus hombros de forma descontrolada, aumentando su movimiento. Desaparece.
Un puño cerrado golpea el cristal. Se abre, convirtiéndose en mano y se desliza por el cristal, acompañada de otra casi idéntica. Me resultan familiares, cercanas. Lleva dos anillos iguales en el dedo anular. Los anillos brillan y me recuerdan al que debo tener en el mío. Los dedos son alargados, finos, cuidados y me parecen próximos, como si hubiera entrelazado mis dedos en esos dedos en el pasado. Tengo reminiscencias de ellos en mi cuerpo, de haberlos reseguido, alguna vez, con la mirada. Entonces, mientras trato en vano de recordar de qué la conozco, leo las palabras que rezan en la banda púrpura. “Te quiero” intento decirle, sin poder mover mis labios.




,

S   N
O     O
D        
I         T
R           E
E              
U               O
Q                 L
                    V
S                     I
E                        D
R                           A
E                             N
S                                 

S                                     
U                                       
T                                          

(Ejercicio final del mismo curso de literatura del 2010)


1 comentario:

  1. Precioso, me ha vuelto a emocionar como la otra vez. Quizá más, porque lo he leído a mi ritmo.

    Un abrazo, Marceloscar.

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