viernes, 8 de enero de 2016

Spotify

Escucho la lista variada de mi cuenta de Spotify y pienso si puedo escribir algo que pueda interesar a alguien. Incluso a mi mismo. Suena un grupo denominado Skid Row que me recuerda a los amigos que se dejaron atrás pero también me enlaza con un nuevo proyecto relacionado con una vieja ciudad a la que alguna vez regresaré: Sarajevo.

Escucho mi cuenta de Spotify y pienso qué ha cambiado desde que decidí crearla. Veo las listas interrumpidas, los sueños que pudieron crear y los que aún siguen hay, en la neblina de lo que aún puede acontecer, suceder, ocurrir.

Escucho Spotify y escribo al ritmo de las canciones que viven en ella, que seleccioné en su momento y que, como ahora ocurre con este texto, se fueron agolpando automáticamente y crearon algo sin ser pensado ni racionado. Un mar de letras, escritas y cantadas, que alguien o yo mismo, leeré y no recordaré porqué están ahí.

Escucho y veo un pequeño dinosaurio correr por un mundo casi real pero pintado por una mano digital que casi parece la de Dios cuando creó el mundo. Recuerdo las lágrimas que surgieron ese día y mi estómago golpea contra mi piel indicándome el dolor pasado, el dolor vivido. El dolor.

Bebo agua y escucho el paso del tiempo, el avance de las líneas sobre la página en blanco y el golpear contínuo de las ideas que bullen en mi cabeza y que saltan al teclado como burbujas de agua caliente saltan o golpean la tapa de una olla. Todo surge sin pensar, casi sin esfuerzo. Me pregunto si tiene sentido todo esto y mostrarme tan sincero, tan honesto con la nada, con el vacío, con la soledad.

Escucho una canción que me recuerda, no sé porqué, a una joven poeta. La escucho y su imagen ocupa todos los espacios de mi mente y ni siquiera sé porqué la asocio a ella. Algo parecido a lo que me ocurrió con Los Detectives Salvajes de Roberto Bolaño y Placebo. Algo que me transporta a mi adolescencia y a los sueños que se pudrieron con ella.

Escucho mi lista de Spotify y veo que tendré que acabar aquí, en este lugar, con esta canción que habla de un posible paraíso, de sus posibilidades, de sus horrores, de sus luces y sombras, de sus derrotas y victorias, de sus solos de guitarra y de sus voces increíbles y de ensueño que podría encajar con los ángeles y los demonios que todos guardamos en nuestro interior, en nuestros sueños.

Escucho Spotify...


(Texto que surge de la soledad, de los sueños que ella provoca. Y de la canción de Pumpin Blood "Nonono". Espero que os guste).

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