viernes, 20 de septiembre de 2013

A nadie

Nadie es alguien que no está. Nadie es un invisible. Nadie es un amor roto. Nadie es un fantasma. Nadie es un valor. Nadie es el final de algo que vuelve a empezar. Nadie es nadie. Nadie es alguien que fue. Nadie es una mentira. Nadie es algo insignificante. Nadie es indiferencia. Nadie es una canción que ya acabó. Nadie es una meta no alcanzada. Nadie es un error. Nadie es un futuro que jamás será. Nadie es un sueño que gira hacia la pesadilla. Nadie es la falta de luz. Nadie es una mala decisión. Nadie eres TÚ.

(Texto que surge de una pesadilla y de una canción de verano "Fantastic shine" de Love os Lesbian. Espero que os guste).


miércoles, 18 de septiembre de 2013

Amor roto

Observo la fotografía de cuando estábamos juntos, de cuando compartíamos sueños y no me reconozco. Era feliz. Poseía otra mirada, otra sonrisa. Mis ojos brillaban junto a ti cuando me abrazabas, me sonreías o, simplemente, me rozabas con tu piel. Imagino conversaciones compartidas en esos momentos que ya no volverán. Dibujo nuestros cuerpos entrelazados, desnudos, dormidos. Ahora se encuentran rasgados, tapados por los trazos de una reciente nueva vida sin ti. Todo ha perdido su color, incluido el fluido que me da la vida. Mi historia se ha teñido de oscuridad sin tu presencia. Mi sonrisa se ha esfumado como si fuera un truco de magia del que no se conoce la solución. Mi mirada no se sostiene y mi cuerpo deambula entre nuestros recuerdos. ¿Dónde está mi alma? No lo sé. ¿Y mi perdón?
  Acaricio el retrato de tu cabello rojo. Me devuelve suavidad, una suavidad casi imaginada de lo que fuiste tú. Me permito llorar y así borrar las imágenes que sostengo en mis manos. Subconscientemente para hacerte desaparecer y desmaquillar un rostro pintado con dolor y tristeza. Los colores de la pérdida, de tu pérdida. 
  Grito. Sé que no me oyes. No puedes. No estás aquí. Recuerdo tus abrazos, tus palabras de consuelo, tu interés por lo que me estaría ocurriendo. Tu empatía que ahora ha desaparecido, que ya no estará. Te quiero y te seguiré queriendo aunque ya no estés aquí. Acepto mi traición a tu confianza pero me cuesta compartir tu adiós, tu marcha. 
"Te quiero" se escucha más allá de la puerta, más allá de la ventana, más allá del asfalto, por encima del ruido de los coches, de las copas de las terrazas, de las conversaciones anónimas, de los besos de las parejas, del abrazo de las nubes, hasta que se transforma en gotas de una futura lluvia en el mar.

(Texto que surge de la canción de Coldplay "Fix You". Aquí os dejo el enlace. Espero que os guste)






martes, 17 de septiembre de 2013

Locura

- ¡¡Es mi hijo y no me lo volverán a quitar!!- cuelga bruscamente el teléfono.
Llora. Se encuentra nerviosa. Necesita calmarse. "Un cigarrillo" piensa, de esos que calman. La casa está apagada, las paredes destilan tristeza y humedad. El suelo es frío y las puertas no pueden cerrar secretos, demasiadas arrugas en su piel que los deja pasar con facilidad.
  Abre el cajón y se lía uno. Se lo enciende, escuchando los pasos de su recién recuperado hijo. El plan salió perfecto. Ahora, ya no se lo podrán volver a quitar esos hijos de puta que una vez se lo llevaron. El cigarrillo hace su efecto. Él le sonríe nervioso, casi sin querer. Tiene miedo pero no se lo dirá. La abraza y ella le corresponde el abrazo, acompañándolo de palabras que resuenan por el hogar apagado.
- Te quedarás aquí para siempre y seremos felices. Te cuidaré y estarás con tu madre, con quién tienes que estar...
Él llora. Ella también y las paredes de la casa se tiñen de agua, de humedad salada y de dolor. La soledad se refleja en los marcos de foto, en las paredes vacías de detalles, en el descuido de la cocina y en las sobras que nutren los platos abandonados en el comedor.
 Suena el teléfono. Tocan a la puerta de madera que los aísla de los vecinos. Se escucha una voz autoritaria que la nombra. Repite su nombre. Sigue sonando el teléfono. El teléfono. Teléfono. Golpes en la puerta. Golpes. Puerta. Voces. Golpes y voz.
 No abre ni contesta al teléfono. Se esconden debajo de una cama, dónde duermen los tres. El teléfono deja de sonar y los golpes en la puerta también. La voz autoritaria dice que abrirá la puerta y entrará. No dice nada y marcha a la cocina para regresar poco después.
- Tranquilo, cariño. Soy tu madre, jamás te haría daño. No nos volverán a separar, jamás.
La  puerta cede a los golpes de la policía. Recorren a gritos la casa perdida. No hay nada de luz, tampoco parece que haya vida. Los restos de la comida siguen en el comedor. La cocina huele a podrido. El dormitorio parece apagado. Los pasillos abandonados y las paredes desnudas, dejan al descubierto a las cucarachas en su búsqueda por encontrar algo para comer. En el suelo, un pequeño reguero de sangre acaricia la bota del policía. Su nacimiento, la cama.

(Pequeño escrito surgido del miedo a la realidad y también de esta maravillosa canción que forma parte de la banda sonora de "Brave" y que descubrí el otro día. La canción se llama "learn me right". Espero que os guste).


martes, 10 de septiembre de 2013

Triunfar es llenar vacíos...

La luz artificial de la ciudad tiembla al descubrir los secretos que guarda la noche a los seres que la observa. Ellos dos, asomados en lo alto de un muro de piedra que nadie quiere cruzar, observan la ciudad dormida. Miran el horizonte lejano, los edificios, los diminutos coches e, incluso, los gritos de la vida nocturna. Detrás de ellos, reina el silencio y la sombra escondida de los cipreses.

- Fíjate, los humanos siempre llenando espacios, conquistándolos como si le fuera la vida en ello para luego acabar completamente vacíos, sin nada...

- ¿Por qué lo hacen?- le interrumpe su compañero.

- Notoriedad, ganas de creerse superiores, exceso de comodidades, falta de realidad,... Eso no lo sabremos jamás, ni tú ni yo ni nadie de nuestra especie. Lo único cierto de todo esto es que nosotros nos alimentamos de su corrupción interior, y gracias a ello existimos, estamos aquí observando su obra, saboreando su carne y sus recuerdos.

- Pero, ¿Por qué no evitan acabar aquí, si se creen tan superiores?

-No hay razones, seguramente no las habrán creado. Alguien dijo una vez: "Triunfar es llenar vacíos". Tal vez, esa sea la razón de su quehacer: llenar los vacíos existentes en su entorno para tener la sensación del triunfo. Pero ellos no saben que el recuerdo, la eternidad es el verdadero triunfo y hace tiempo que nos alimentamos de ello. Que llenan nuestro mísero cuerpo.

(Texto que no pudo llegar a un concurso al que tengo mucho cariño. Aquí os lo dejo. Espero que os guste)