jueves, 31 de marzo de 2016

Desayunos y meriendas

A la vez que busco canciones, registro palabras que puedan expulsar lo que se remueve en mis entrañas. Lo único que surge es la imagen de una lista de propósitos, un listado de frases condenadas al fracaso antes de ser anunciadas.

Hace tiempo que el escribir se ha convertido en impulsos, en algo que no llego ni quiero controlar. Simplemente dejo fluir y espero que surja un texto, un algo con un poco de sentido o nada. Casi es una escritura automática que juega a ser terapéutica pero a medias. No es real. No suena a verdad. Parece improvisación y es lo que es.

Busco palabras mientras escucho canciones que no me dicen nada. Canciones que no inspiran y no deseo acudir a las de siempre. Busco algo nuevo. Busco encontrarme con algo que desbloquee la jaula en la que me encuentro ahora. En estos momentos. En este presente. Tal vez, busco explotar. 

Me imagino una historia sin final feliz. Me resulta poco creíble. Poco real. Escribo una historia con palabras tristes pero no avanzo más allá del tercer párrafo. Releo algo escrito lleno de fantasmas y muertos y no me provoca nada en mi interior. No me dice nada y me pregunto si es que ahora lo que busco es algo más cercano a los finales felices de las comerciales películas americanas.

Y, sin embargo, creo que sé la respuesta a esta apatía, a esta desgana, a esta mierda que me corrompe por dentro y dejo que se desborde. Sé que no la quiero. Sé que no puedo seguir con esto pero no me atrevo a herir. A herirnos. No me atrevo a  vivir y a creer en la vida, tal vez, porqué nunca he creído en ella.

Escribo sin saber lo que estoy escribiendo. Escucho canciones que no sé si quiero escuchar. Siento cosas que no son ciertas pero las vivo como reales. Y, sin embargo, sólo lloro y me siento sucio. Lloro y me siento desubicado. Lloro y veo que no estoy en el lugar que quiero estar. Lloro y no pienso nada. Lloro y lo pienso todo.


(Pequeño escrito sin sentido. Casi sin gracia. No sé si os gustará. Os dejo con la canción de Blaumunt "Pa amb oli i sal" que ha ofrecido el título).


jueves, 17 de marzo de 2016

Sueños desordenados

Sueño con el miedo. Con lo que viene después.

Sueño con la hoja en blanco. Con lo que no llega a escribirse. A decirse.
 
 
Sueño con el caos. Con el desorden que crece y se mantiene.
 
 
Sueño con la oscuridad. Abro los ojos y sigue ahí, mirándome de frente.
 
 
Sueño con imposibles. Con aquello que sólo un esqueleto confía en conseguir.
 
 
Sueño con ser dueño de mis propios sueños.
 
 
Sueño despierto pero me encuentro envuelto en una nueva pesadilla.
 
 
Sueño con mis reflejos subconscientes. Con los recuerdos de los días pasados sin querer.
 
 
Sueño con una novela que jamás verá la luz.
 
 
Sueño con volver a ser alguien para mi mismo y saber decir que no.
 
 
Sueño con una vida mejor lejos de esta vida. Sueño con pies que danzan al azar con el aire.
 
 
Sueño con la locura del dolor. Sueño con dolor y su amargura.
 
 
Sueño con despertar en otro lugar. En otro mundo. En otra forma.
 
 
Sueño mientras lloro que no tengo valor para afrontar la verdad. Mi verdad.
 
 
Sueño con el final. Mi final. Nuestro final.
 
 
(Un Ejercicio amargo y desordenado. Un ejercicio sin pensar demasiado. Espero que os guste)


domingo, 6 de marzo de 2016

Lágrimas

 Al cerrarse la puerta, dos sombras se encuentran y se observan. Se miran. Recuerdan palabras lanzadas y recogidas momentos antes a este encuentro. Redescubren detalles, caricias, risas y silencios. Se vuelven a encontrar, a querer mirarse, a querer tocarse. A desearse.

(La tierra gira lentamente a su alrededor. El aire acaricia extrañas y suaves cortinas que cubren las anónimas ventanas que los envuelven. El tiempo sucede, avanza, dejando su marca en cada segundo, en cada respiración. La vida continua con su rutinario y absurdo discurso diario)

Se besan y sonríen. Se besan y posan suavemente sus cabezas sobre el hombro del otro. Se besan y olvidan. Se besan y recuerdan el porqué de todo esto. Se besan y bailan con sus cuerpos acariciándose. Se besan y se abrazan en silencio. Alguien llora. Alguien consuela. Alguien corre. Se besan y la vida desaparece de su alrededor.

(El reloj marca las pausas del tiempo. El espejo refleja sombras, cuerpos y vacíos. El cristal llora imágenes que no entiende. Las puertas cierran secretos que las paredes observan con frialdad. Los cuadros evocan paisajes de fantasía. los muebles esperan el peso de la culpa).

Desnudas las sombras se intentan reconocer en cuerpos nuevos, en marcas que se abren a las nuevas miradas, al nuevo tacto, al nuevo placer. El miedo recorre su cuerpo. Es un miedo lleno de excitación ante lo nuevo. Es un miedo de descubrimiento. La sensación que tuvo que sentir Lord Carnavon y Howard Carter al abrir la tumba de Tutankhamon. El mismo miedo de unos padres al descubrir el rostro de su hijo recién nacido.

(La luna ilumina la vida. Las estrellas cantan canciones de amor y desamor. La noche avanza hacia el día como la vida hacia la muerte.Su luz traspasa las suaves cortinas de la habitación anónima. Y como el foco de un teatro ilumina a los protagonistas de la obra, alumbra la vida, el amor, la esperanza, la muerte, el desamor y la culpa).

Las sombras olvidan recuerdos. Se desprenden de raíces. De historias. De su propia vida y se dejan llevar por el presente anónimo y vivo de este instante. De este momento imposible al que han llegado. Y ambas lloran. Lloran mientras se besan. Lloran mientras recuerdan lo que pierden y perderán.

(Texto suma de muchas canciones y de muchas sensaciones y emociones. Espero que os guste).