sábado, 28 de enero de 2012

Lluvia de ideas

Miro al cielo e intuyo que en poco tiempo llovera. Me imagino las primeras y minúsculas gotas de lluvia descender de la nube gris que me observa desde el cielo, clavándose sobre mí. Y después, la tormenta, el momento de la huida, de salir corriendo para no acabar empapado. Esas gotas ya no son minúsculas, son gotas de verdad, no de aviso. Las primeras gotas, las que empiezan a sapilcarme ahora, te avisan de lo que ocurrirá después. Son señales que te anticipan lo que vendrá. Dejo que se claven, poco a poco, a su ritmo, sobre mi cuerpo. Mis ojos no logran ver el cielo, ni siquiera la nube gris que descarga las minúsculas gotas. Sólo pueden divisar la lluvía que cae, la que se clava en cada rincón de mi cuerpo como alfileres que lanza el cielo sobre la tierra. Cierro los ojos y me imagino en el interior de una habitación observando la playa. Me veo buscando la inspiración para continuar una línea de narración perdida en un texto algo inconexo. Miro a la pantalla del ordenador y las palabras se disuelven en ella, dispersándose en sílabas que se descuelgan hasta la mesa. Y las toco con mis dedos, en un frustrado intento por devolverlas a su lugar, y se deshacen entre mis yemas, como las gotas de lluvia al tocar mi cuerpo. Vuelvo a abrir los ojos y observo de nuevo al cielo. Las gotas se han convertido en letras que golpean mi alma. Letras que me mojan, cuyos sonidos me salpican al chocar sobre mi piel. Palabras que gritan antes de desaparecer, como las que crujen cuando arrugo el papel escrito. Como las que se silencian con el cursor del ordenador y que devuelven la página en blanco. Y mi cabeza se llena de palabras que susurran ideas, frases y textos pero ninguno de ellos es lo suficiente claro como para permanecer en mí. Y una idea me envuelve, un deseo impensable: convertirme en papel para impregnarme de esos textos, de esas palabras y de sus sonidos. Para que no se deshagan, sino que cada una de esas sílabas cobren sentido en mí, como un tatuaje sobre la piel. Una simple hoja en blanco, ese es mi deseo. ¿Lo conseguiré algún día?

  (Este texto surge de la canción "Bipolar" de POl 3.14. Os dejo la canción. Espero que os guste).

 

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