viernes, 16 de diciembre de 2011

"La fuerza de la Navidad"

Miro la ventana que me separa de la vida, aquella que me ofrece la posibilidad de conocerla. La miro detenidamente, mientras nieva en el exterior. Si la ventana pudiera reflejarme como si fuera un espejo, me vería llorando por aquello que jamás tendré. Miro la ventana y siento como mis sentimientos se enfrían de nuevo, como se endurece mi corazón y lo poco que me queda de alma. Veo las luces en la calle, los cantos en las casas vecinas. Imagino las risas en sus interiores y pienso en los sueños que jamás se cumplieron. Veo a Luís,el mendigo amigo, sentado bajo el puente viejo, al lado de su fiel botella de cristal que para estas horas ya estará otra vez semivacía. Lo veo envuelto en su manta roñosa que un día encontró en un contenedor de basura. Veo su soledad y siento la mía, en el mismo instante que una pareja se besa en la calle. Un gato, desde lo alto del capó de un coche, observa ese beso y los mira como yo puedo interrogarme sobre mi vida, extrañado por estar aquí y poseer lo poco que he podido salvar de ella. "No entiende nada" me digo. "Como yo". Las lágrimas descienden sobre mis mejillas y me fijo en los barrotes de la ventana que antes miraba, la que me impide vivir la vida, la que me enseña mi lugar en el mundo. Las lágrimas se desbordan y los barrotes, junto con la ventana se desdibujan, haciéndolos casi desaparecer. Por un instante, un segundo o dos, los que tardo en secarme las lágrimas, siento la vida con todas sus fuerzas y sólo puedo gritar que "lo siento,  que mi intención no era matarla, que era, simplemente, tenerla conmigo para siempre porque ella era mi fuerza y mi luz y también mi odio y oscuridad. Lo siento, cariño".

(Este texto surge de la canción "You raise me up" de Josh Groban. Aquí os dejo la canción).


1 comentario:

  1. Impresionante, y valiente, contarlo desde la parte del asesino. Muy bueno.

    Un abrazo, Oscar.

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