miércoles, 12 de junio de 2013

Visible

Al amanecer soñaba con estrellas y con la libertad. No entendía el porqué estaba entre aquellas paredes. O, al menos, jamás quiso saberlo. Hoy era un día diferente, el día que había acariciado en sueños noches atrás. Se despedía de aquel lugar, de aquellos niños, los que estaban y los que marcharon. De los educadores con los que había compartido buenos y malos momentos. Con los que descubrió los límites y la fronteras del apego. El odio y el amor. Hoy era el día que marchaba y así lo indicaba su armario vacío, su sonrisa en la cara, sus lágrimas invisibles en el corazón. Algunos tutores estaban allí en aquella puerta que, a veces, había querido romper. Miraba al despertado día y recordaba las noches pasadas, vividas en soledad o en la compañía extraña, invisible de aquel centro que dejaba atrás. Marchaba para no volver jamás a depender de ellos, para lo bueno y malo. Volvía a ser visible, como cuando tenía cuatro años y aún no había ingresado en este lugar. Lloró antes de entrar en el baño, recordando aquellos duros momentos y sabiendo que aquellas lágrimas se convertirían, con esfuerzo y amor, en una de sus mejores sonrisas. De aquellas que no existen ya, como él.

(Texto que surge de una frustración y de la canción "¡Corre!" de Jesse&Joy. Os dejo enlace)